Hace un año, la policía holandesa entrenaba aves, y más concretamente Águilas, para evitar que los drones volaran por lugares turísticos, zonas de gran afluencia de público, aeropuertos, etc., pensando en cualquier tipo de atentado.
Esta posibilidad no tan descabellada está a la orden del día, y más con este tipo de tecnología, ya que estos aparatos son pequeños, y fácilmente manejables de forma remota.
Como ejemplo tenemos a la mandataria Angela Merkel, en aquel 15 de septiembre de 2013, cuando se encontraba en Dresden (Alemania) en un acto electoral al aire libre, un dron se estrelló a pocos metros de ella, burlando todo tipo de seguridad.
En este caso y supuestamente era para realizar fotografías, pero... ¿y si llega a cargar explosivos?
Aunque se vió la posibilidad de usar otro tipo de ave, las Águilas Calvas son las más idóneas, ya que tienen mayor envergadura, sus patas son más fuertes, que junto con su gran maniobrabilidad con peso, la hacen como la mejor elección posible.
Se les ha incorporado unos protectores especialmente diseñados para garras y tobillos.
Actualmente el ejercito francés es el que está realizando este peculiar adiestramiento, y usando la cetrería desde muy temprana edad, entrenándolas y haciéndoles pensar que los drones son un tipo de presa.
Aunque las protectoras de animales han indicado su rechazo ante este uso, las autoridades han indicado que ninguno de las aves ha resultado herida y que están perfectamente cuidadas por veterinarios y personal experto.